Aitor Uriarte expone que «el juego no es peligroso; el problema es cómo lo utilices».
– ¿Cuál es la radiografía actual del juego en Euskadi?
– En el juego presencial hemos tenido una disminución importante de los 62 locales de apuestas, que estaban por encima de la planificación contemplada por el Observatorio Vasco del Juego, (60), y ahora estamos en 48. El número de salones de juego, cuyo máximo sería 170, sigue en 209. Pero según los datos que me dicen en la asociación y los propios operadores, la recaudación les ha descendido, tanto por juego como por consumo hostelero.
– ¿A qué lo atribuyen?
– A dos factores. Uno, que al tener un control de admisión en todos los locales, hay gente que podía ir a hacer un consumo hostelero y de vez en cuando podía jugar algo, que ahora no va. Y dos, derivado también del control de admisión, vamos teniendo un mayor número de personas que se dan de alta en el registro de prohibidos y autoprohibidos.
– ¿Hay mayor concienciación del peligro del juego?
– El juego en sí no es peligroso; el problema es cómo lo utilices. Cada vez más gente tiene conocimiento de que existe este registro de autoprohibidos y se dirige a nuestras oficinas o a las comisarías a darse de alta. Además, tras el convenio que firmamos con el Ministerio (de Consumo) para compartir los datos de prohibidos, la persona que se inscribe ya no podrá entrar en el juego online, que es competencia ministerial, ni en los locales de las comunidades autónomas que firmen otros convenios.
– ¿La bajada de 62 a 48 locales de apuestas es achacable a la menor recaudación?
– Solo en parte. Puede ser algo estratégico. Ahora no estamos permitiendo los traslados de locales, y puede haber locales donde no den los números y los operadores opten por cerrarlo.
– Los locales de juego, en cambio, llevamos tiempo con 209 y la recomendación es 170…
– Antes de hacer la modificación del reglamento de febrero de 2022, hicimos un estudio sobre cuál sería la cifra socialmente permisible, y nos salió que 170 cuando teníamos 209. El objetivo es tener una oferta no concentrada, y tener un local de juego por cada 10.000 personas.
– Pueden pasar años para ello.
– Sí. Hablamos de autorizaciones que se han dado y de operadores que han hecho grandes inversiones de dinero y ahora no podemos decirles que deben cerrar o moverse. Como no estamos permitiendo los traslados hasta llegar a los 170, hay zonas en que las distancias entre estos locales no son las que se exige. Pero eso llegará en una segunda fase, una vez que hayamos llegado a esos 170 locales.
Locales cerca de colegios
«No quedan bien, pero a lo mejor incide más en un menor otro que está más alejado pero en un punto de más flujo de personas»
– En esa fase se logrará que los locales no estén a menos de 150 metros de un colegio.
– Un local de juego próximo a un centro educativo no queda bien. Pero a lo mejor tiene más incidencia para un menor otro que está más alejado pero en un punto de mayor flujo de personas.
– También puede influir más ver a un padre hacer apuestas deportivas desde su móvil.
– Esa es otra. Según los datos del Observatorio, muchos de los que han empezado a jugar siendo menores de edad dicen que en casa se jugaba. Por eso es importante hablar de ello en las familias. También nos preocupa el acceso al juego en páginas ilegales, a las que puede entrar cualquiera. Cada año, el Ministerio (de Consumo) cierra muchas páginas ilegales, pero abren otras.
Perfil de usuario
«La mayoría son varones, pero hay un cierto consumo oculto por parte de mujeres que juegan pero dicen que no»
Entrevista completa en el diariovasco